300 El Origen de un Imperio

¡Hola de nuevo! Después de algún tiempo ausente, vengo de nuevo por aquí, con la crítica de una buena película, 300: El Origen de un Imperio.

        Para situarnos tenemos que retroceder un poco en el tiempo, y situarnos en su predecesora, ya que está muy involucrada en esta segunda entrega, por lo cual la mejor opción para recordar es darle un vistazo a la primera parte.

Ahora conoceremos las consecuencias de la batalla de Termópilas. El general griego Temístocles lucha por conseguir la unidad de las polis griegas. Él dirige las tropas que se enfrentan con el ejército persa liderado por Xerxes y Artemisa para impedir la invasión del país.

La película se centra en la Batalla de Salamina, además nos volveremos a ver involucrados en la historia de Leónidas y el paso de las Termópilas, ya que esta funciona como una rara precuela, haciéndonos ver una increíble batalla naval, entre Temístocles y Artemisa.

Desde mi punto de vista, no pega muy fuerte esta nueva entrega, no he visto para nada el orgullo de la fuerza de un grupo sólido, parece que el único que lucha es Temístocles, careciendo de las emociones que los Espartanos nos transmitían. La batalla naval no ha sido muy creíble, ya que los barcos se hundían con solo tocarlos.

De nuevo tomarán protagonismo los chorretones de sangre, y en gran cantidad con un estilo algo diferente a la peli de 300, flojeando en algunos aspectos.

En definitiva 300 se enmarca dentro de 300: el origen de un imperio. Te cuentan lo que sucedió antes, te cuentan lo que sucede mientras Leónidas lucha en la batalla de las Termópilas y después avanza más hasta la batalla de Salamina, así que tiene un poco de las tres cosas.

Y para terminar un dato Peter Mensah que también realizó el papel de “Doctore” en Spartacus, lo hemos descubierto como entrenador personal de Artemisa en esta peli. Me hubiera gustado haberlo visto en un papel más importante.